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The Advent Candles remind us that Jesus came as Light into our dark world. As the four advent candles are lighted each Sunday, let us walk together to The Manger through this Advent Series in Spanish, that can be used as a guide for this special ceremony from December 3rd to December 24th, with a bible verse, a reflection, an antiphonal reading and a closing song. Let us pause to experience Hope, Preparation, Joy and Love In The Manger!
Las Velas de Adviento nos recuerdan que Jesús vino como una Luz a nuestro oscuro mundo. Al encender cada domingo las cuatro velas de adviento, caminemos juntos hacia El Pesebre a través de esta Serie de Adviento en Español, que puede usarse como guía para esta ceremonia especial desde el 3 al 24 de Diciembre, con un versículo bíblico, una reflexión, una lectura antifonal y una canción de cierre. Hagamos una pausa para experimentar la Esperanza, la Preparación, el Gozo y el Amor En El Pesebre!
Primer Semana de Adviento
ESPERANZA EN EL PESEBRE
Versículo Bíblico: Isaías 9:2–6
2 El pueblo que andaba en tinieblas vio gran luz; los que moraban en tierra de sombra de muerte, luz resplandeció sobre ellos. 3 Multiplicaste la gente, y aumentaste la alegría. Se alegrarán delante de ti como se alegran en la siega, como se gozan cuando reparten despojos. 4 Porque tú quebraste su pesado yugo, y la vara de su hombro, y el cetro de su opresor, como en el día de Madián. 5 Porque todo calzado que lleva el guerrero en el tumulto de la batalla, y todo manto revolcado en sangre, serán quemados, pasto del fuego. 6 Porque un niño nos es nacido, hijo nos es dado, y el principado sobre su hombro; y se llamará su nombre Admirable, Consejero, Dios Fuerte, Padre Eterno, Príncipe de Paz.
Reflexión:
Todos los días nuestras mentes son bombardeadas por cientos de noticias, verídicas y falsas, que llenan nuestros correos, emails, redes sociales, televisores. Hay noticias que nos alegran, que nos alivian, otras que nos preocupan, nos turban, otras que nos entretienen o distraen. En un mundo hiperconectado nuestra atención es reclamada sin pausa por los medios de comunicación.
Hace casi tres mil años, en medio de un pueblo que vivía sumido en la oscuridad, sin esperanza, tratando hipócritamente de limpiar sus faltas a través de los sacrificios, que había olvidado sus raíces, su esencia y a su Dios, se levanta una sola voz, la voz de un hombre que anuncia que en medio de la más densa oscuridad brillará la luz. El Redentor está cerca. El libertador está cerca. El Rey está cerca. Nuestro Rey está cerca! Nuestro Rey está aquí!
Que en este tiempo de Adviento, de preparación para la gran celebración de la venida de Jesús, que nos acercó a la presencia de Dios, nuestras mentes y corazones puedan acallar las voces que nos distraen, para abrigar la esperanza de las buenas nuevas de salvación que nos trae Emmanuel, porque Dios está con nosotros! Permitamos en este tiempo que el Admirable nos maraville, que el Consejero sea nuestra guía, que nuestras fuerzas se renueven en el Dios Fuerte, que encontremos seguridad en el Padre Eterno y el Príncipe de paz llene nuestros corazones.
La Vela de la Esperanza (El cántico de María – Lucas 1:46-55)
Lector 1:
Entonces María dijo:
Mi alma alaba al Señor, mi espíritu se llena de alegría porque Dios es mi Salvador.
Lector 2:
Dios se ha fijado en mí, su humilde esclava. De ahora en adelante, todas las generaciones me llamarán dichosa, porque el Dios Todopoderoso ha hecho grandes cosas por mí. ¡Su nombre es santo!
Lector 1:
Él siempre tiene misericordia de todos los que le honran. Actuó con poder, desbarató las intrigas de los orgullosos. A los poderosos los quitó de sus tronos, y a los humildes los puso en lugares de honor.
Lector 2:
A los hambrientos llenó de bienes, y a los ricos los envió con las manos vacías. Ayudó al pueblo de Israel, su siervo, y siempre lo trató con misericordia.
Lector 1:
Cumplió así su promesa a nuestros padres: trató con misericordia a Abraham y a sus descendientes para siempre.
Encender la Primer Vela de Adviento
Canción Congregacional: Coro Aleluya 139 - Hay un mensaje
Hay un mensaje, que es muy sencillo,
hay un mensaje para ti,
que Cristo salva, es poderoso,
para salvarte ahora, aquí.
El Salvador es Jesús, el Cristo,
y él oirá nuestro clamor,
él nos perdona y nos redime,
es el Señor y Salvador.
Si al él acudes, él te perdona
y tus pecados borrará,
a todo aquí que a él acuda
con tierno amor lo oirá.
El Salvador es Jesús, el Cristo,
y él oirá nuestro clamor,
él nos perdona y nos redime,
es el Señor y Salvador.
Aunque has fallado y has pecado
él siente gran amor por ti.
Jesús te espera, ven sin demora,
perdón y paz tendrás así.
El Salvador es Jesús, el Cristo,
y él oirá nuestro clamor,
él nos perdona y nos redime,
es el Señor y Salvador.
Segunda Semana de Adviento
PREPARACIÓN EN EL PESEBRE
Versículo Bíblico: Miqueas 5:2
2 Pero tú, Belén Efrata, pequeña para estar entre las familias de Judá, de ti me saldrá el que será Señor en Israel; y sus salidas son desde el principio, desde los días de la eternidad.
Reflexión:
Un bebé está por llegar!!! Que emoción! Y cuántos preparativos! La cuna, el colchoncito, las sábanas, las mantitas, el cochecito, el mudador, los pañales, las toallitas, la ropa, el chupete, los jueguetitos, las citas médicas, las ecografías, la reserva de la sala de partos, la organización de la familia para el gran día, las prácticas del viaje al hospital!! Y aún el bebé no ha nacido!!! Especialmente si es nuestro primer hijo, los padres nos preparamos, y sobre preparamos para el gran momento con gran expectación y ansias, esperando que a nuestro bebé no le falte nada y su llegada a este mundo sea llena de amor, comodidad y dicha.
Belén no era la ciudad en la que vivían María y José, su hogar estaba en Nazaret. Sin embargo, para la fecha en que María debía dar a luz se promulgó un censo que los obligó a viajar a la pequeña Belén, en Judea, ya que José provenía de la familia de David. No fue un viaje fácil, María ya tenía un embarazo avanzado, y debió realizar el trayecto de más de cuatro días atravesando el árido desierto sobre un burrito, acompañada por José, que caminaba a su lado. Su llegada a Belén tampoco fue agradable, ya que debido a la gran cantidad de personas empadronándose en la pequeña ciudad, no consiguieron nada mejor que un establo para pasar la noche. Y así, en el lugar más humilde, en la ciudad más pequeña, se daba cumplimiento la profecía más maravillosa que la humanidad ha presenciado, el nacimiento del Rey de Reyes.
Preparemos nuestras mentes y corazones con anticipación para el maravilloso tiempo de Navidad, en el que celebraremos el nacimiento de Jesús. Que Cristo pueda morar en nosotros y ser el Rey de nuestras vidas.
La Vela de la Preparación (El cántico de Zacarías – Lucas 1:68-75)
Lector 1:
Alaben al Señor, el Dios de Israel, porque ha visitado y redimido a su pueblo.
Lector 2:
Nos envió un poderoso Salvador del linaje real de su siervo David, como lo prometió mediante sus santos profetas hace mucho tiempo.
Lector 1:
Ahora seremos rescatados de nuestros enemigos y de todos los que nos odian.
Lector 2:
Él ha sido misericordioso con nuestros antepasados al recordar su pacto sagrado, el pacto que prometió mediante un juramento a nuestro antepasado Abraham.
Lector 1:
Hemos sido rescatados de nuestros enemigos para poder servir a Dios sin temor, en santidad y justicia, mientras vivamos.
Encender la Segunda Vela de Adviento
Canción Congregacional: Canción 517 – Tu dejaste tu trono
Tu dejaste tu trono y corona por mí,
al venir a Belén a nacer;
mas a ti no fue dado el entrar al mesón
y en pesebre te hicieron nacer.
Ven a mi corazón, oh, Cristo!
pues en el hay lugar para ti.Ven a mi corazón, oh, Cristo!, ven,
pues en el hay lugar para ti.
Alabanzas celestes los ángeles dan,
cuando rinden al Verbo loor;
mas humilde viniste a la tierra, Señor,
a dar vida al más vil pecador.
Ven a mi corazón, oh, Cristo!
pues en el hay lugar para ti.
Ven a mi corazón, oh, Cristo!, ven,
pues en el hay lugar para ti.
Siempre pueden las zorras sus cuevas tener
y las aves sus nidos también,
mas el Hijo del Hombre no tuvo lugar
en el cual reclinara su sien.
Ven a mi corazón, oh, Cristo!
pues en el hay lugar para ti.
Ven a mi corazón, oh, Cristo!, ven,
pues en el hay lugar para ti.
Tu viniste, Señor, con tu gran bendición
para dar libertad y salud,
mas con odio y desprecio te hicieron morir,
aunque vieron tu amor y virtud.
Ven a mi corazón, oh, Cristo!
pues en el hay lugar para ti.
Ven a mi corazón, oh, Cristo!, ven,
pues en el hay lugar para ti.
Tercer Semana de Adviento
GOZO EN EL PESEBRE
Versículo Bíblico: Lucas 2:9-11
9 De repente, apareció entre ellos un ángel del Señor, y el resplandor de la gloria del Señor los rodeó. Los pastores estaban aterrados, 10 pero el ángel los tranquilizó. «No tengan miedo—dijo—. Les traigo buenas noticias que darán gran alegría a toda la gente. 11 ¡El Salvador—sí, el Mesías, el Señor—ha nacido hoy en Belén, la ciudad de David!
Reflexión:
En medio de la gran oscuridad, silencio y soledad de la noche, en el campo a las afueras de la pequeña ciudad de Belén, un grupo de humildes pastores es elegido para recibir la noticia mas importante de la historia de la humanidad:
Jesús nació!
Grandes profetas lo anunciaron, su pueblo ansiaba su advenimiento, grandes hombres de Dios anhelaban su llegada, grandes Reyes lo buscaban. Pero la noticia que inunda a los corazones de gran gozo, no llegó de primera mano a los oídos de los poderosos, sino a los humildes, esta gran noticia no sería para un grupo de elite, la gran noticia es para todos, el gozo que trae Jesús es para todos! Hay Esperanza en Jesús! Hay Gozo en Jesús!
La Vela del Gozo (La esperanza de la vida eterna – 1 Pedro 1:6-12)
Lector 1:
Así que alégrense de verdad. Les espera una alegría inmensa, aunque tienen que soportar muchas pruebas por un tiempo breve.
Lector 2:
Estas pruebas demostrarán que su fe es auténtica. Está siendo probada de la misma manera que el fuego prueba y purifica el oro, aunque la fe de ustedes es mucho más preciosa que el mismo oro. Entonces su fe, al permanecer firme en tantas pruebas, les traerá mucha alabanza, gloria y honra en el día que Jesucristo sea revelado a todo el mundo.
Lector 1:
Ustedes aman a Jesucristo a pesar de que nunca lo han visto. Aunque ahora no lo ven, confían en él y se gozan con una alegría gloriosa e indescriptible. La recompensa por confiar en él será la salvación de sus almas.
Lector 2:
Incluso los profetas quisieron saber más cuando profetizaron acerca de esta salvación inmerecida que estaba preparada para ustedes. Se preguntaban a qué tiempo y en qué circunstancias se refería el Espíritu de Cristo, que estaba en ellos, cuando les dijo de antemano sobre los sufrimientos de Cristo y de la inmensa gloria que después vendría.
Lector 1:
Se les dijo que los mensajes que habían recibido no eran para ellos sino para ustedes. Y ahora esta Buena Noticia les fue anunciada a ustedes por medio de aquellos que la predicaron con el poder del Espíritu Santo, enviado del cielo. Todo es tan maravilloso que aun los ángeles observan con gran expectación cómo suceden estas cosas.
Encender la Tercer Vela de Adviento
Canción Congregacional: Canción 516 – Suenen dulces himnos
Suenen dulces himnos, gratos al Señor,
y óiganse en concierto universal;
desde el alto cielo baja el Salvador
para beneficio del mortal.
Gloria, gloria sea a nuestro Dios!
gloria, sí, cantemos a una voz,
y el cantar de gloria, que se oyó en Belén,
sea nuestro cántico también.
Salte de alegría, lleno el corazón,
la abatida y pobre humanidad,
Dios se compadece viendo se aflicción
y le muestra buena voluntad.
Gloria, gloria sea a nuestro Dios!
gloria, sí, cantemos a una voz,
y el cantar de gloria, que se oyó en Belén,
sea nuestro cántico también.
Surja en nuestras almas noble gratitud
hacia el que nos brinda redención,
a Jesús, el Cristo, que nos da salud,
tributemos nuestra adoración.
Gloria, gloria sea a nuestro Dios!
gloria, sí, cantemos a una voz,
y el cantar de gloria, que se oyó en Belén,
sea nuestro cántico también.
Cuarta Semana de Adviento: AMOR EN EL PESEBRE
Versículo Bíblico: 1 Juan 4:9-10
9 Dios mostró cuánto nos ama al enviar a su único Hijo al mundo, para que tengamos vida eterna por medio de él. 10 En esto consiste el amor verdadero: no en que nosotros hayamos amado a Dios, sino en que él nos amó a nosotros y envió a su Hijo como sacrificio para quitar nuestros pecados.
Reflexión:
Una noche estrellada, la majestuosa inmensidad del universo converge en un pequeño pesebre, incómodo, frío, sucio, mal oliente, habitado por animales. La voz creadora de nuestro maravilloso mundo, de los más diminutos seres unicelulares y los inmensos mamíferos, de las hermosas flores y las imponentes montañas, de los cálidos mares y las gélidas masas de hielo continental, de las pasturas más verdes y los desiertos más dorados, encarna en un pequeño bebé para acercarse a nosotros, deja su gloria para vivir entre nosotros, desestima su identidad haciéndose siervo, da su vida para que podamos llamarlo amigo. Por amor a la humanidad, por amor a sus hijos, por amor a mí, por amor a ti.
“En esto consiste el amor verdadero, no que nosotros lo hayamos amado a Dios, sino que él nos amó a nosotros y envió a su Hijo como sacrificio para quitar nuestros pecados.”
La Vela del Amor (Oración por los efesios – Efesios 3:14-21)
Lector 1:
Por esta razón me arrodillo delante del Padre, de quien recibe nombre toda familia en el cielo y en la tierra. Le pido que, por medio del Espíritu y con el poder que procede de sus gloriosas riquezas, los fortalezca a ustedes en lo íntimo de su ser, para que por fe Cristo habite en sus corazones.
Lector 2:
Y pido que, arraigados y cimentados en amor, puedan comprender, junto con todos los creyentes, cuán ancho y largo, alto y profundo es el amor de Cristo.
Lector 1:
En fin, que conozcan ese amor que sobrepasa nuestro conocimiento, para que sean llenos de la plenitud de Dios.
Lector 2:
Al que puede hacer muchísimo más que todo lo que podamos imaginarnos o pedir, por el poder que obra eficazmente en nosotros,
Lector 1:
¡a él sea la gloria en la iglesia y en Cristo Jesús por todas las generaciones, por los siglos de los siglos! Amén.
Encender la Cuarta Vela de Adviento
Canción Congregacional: Coro Aleluya 120 – En el pesebre
En el pesebre hay refugio tras el viaje.
En el pesebre hay solaz para el cansado.
Pues Dios al mundo amó,
que a Su Hijo nos envió
para hallar Su luz, en el pesebre.
En el pesebre tu pasado es perdonado.
En el pesebre nacen todos tus comienzos.
Pues ya la oscuridad
no puede atar tu libertad.
Hay esperanza hoy en el pesebre.
En el pesebre hallarás la vida eterna,
en el pesebre Dios y el hombre están unidos.
Él anhelando está que el pecador pueda dejar
su gran necesidad, su gran necesidad,
su gran necesidad, en el pesebre.